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Destacats

L’apocalipsi segons Noé, el manetes del barri

  Quan al veïnat van començar a aparèixer rumors que la gent s’havia tornat encara més estúpida de l’habitual, vaig pensar: “Res nou”. Però un dia, mentre feia cua al supermercat per comprar cafè i cinta americana, vaig rebre una trucada inesperada. "Hola, Noé? Escolta, la cosa està molt xunga. Hem de parlar." Així va començar el meu malson... i la construcció de l’arca més cutre que mai heu vist. Va resultar que la terra estava "corrompuda i plena de violència". Vaja, com qualsevol dilluns al metro. Però aquesta vegada era més greu. Em van dir que havia de salvar el món construint una mena de nau espacial... però flotant. Una arca, em deien. Vaig pensar que era una broma, però no. Era jo, una serra i una pila de fusta resinosa. Les instruccions eren clares, però inhumanes. "Cento quaranta metres de llarg, vint-i-tres d’ample i catorze d’alt. I tres pisos, eh? Que no falti espai." Vaig fer càlculs ràpids i vaig entendre que necessitava més cinta americana....

Madrid city


¡Ah, el DJ, ese ser tan comprensivo que parece no entender el concepto de "canción apropiada para el momento"! Le dije al tipo que pusiera la canción de la que me parte el alma, la que me recuerda al amor de mi vida. Y ¿qué hace? ¡Pone cualquier cosa! Llevo aguantándome la respiración más que un submarinista atrapado en un bote de basura. ¡Qué situación tan patética! ¡Qué despedida tan miserable!

Puedo besar tus labios, pero ni sueñes con despegarme de ellos. Y aquí estoy, atado a ti como un náufrago a su tabla de salvación, incapaz de soltarte sin abrirme una nueva herida. Puedo seguir queriéndote, pero desquererte... ¡ni en mis peores pesadillas! Porque un amor tan potente como tú, no se olvida ni aunque me golpee con un martillo en la cabeza.

Y aquí estoy, rogando que esta noche no se termine, como un niño suplicando más tiempo de juego. Quiero que tus besos se tatúen en mi piel, que queden marcados como un estigma de esta locura. Si no tengo la suerte de volver a verte, entonces al menos déjame saborearte una vez más. Juro que aunque me extirpen el cerebro, nunca olvidaré tu rostro.

Amores van y vienen, pero tú y yo... bueno, tú y yo somos un capítulo especial. Íbamos a ser el uno para el otro, pero terminamos siendo un "casi". Fuimos el romance de verano en la Ciudad del Humo, y ahora que ya no estás, Madrid simplemente no tiene sentido. ¡Maldita sea!

Por fuera, finjo que estoy bien, pero por dentro estoy más destrozado que un piñata en una fiesta de niños hiperactivos. Déjame guardar un beso tuyo en mi cartera, como un amuleto para las noches solitarias en las que tu ausencia me carcome el alma.

Quisiera que esta noche no termine nunca, pero lamentablemente no soy Peter Pan y no tengo polvo mágico para detener el tiempo. Quisiera que tus besos se graben en mi memoria, pero parece que mi cerebro está lleno de errores de grabación. Si no tengo la dicha de volverte a ver, prometo que buscaré la manera de comerte de nuevo, aunque sea en mis sueños más salvajes. Y créeme, aunque mi memoria falle y mi mente se derrumbe, juro solemnemente que nunca, ¡jamás!, te olvidaré.

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