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Secrets de bellesa que he après com a dona prehistòrica (i que tu també necessites!)

 Hola, sóc l’Eura, probablement la influencer de la meva tribu. Abans que et pensis que la meva vida és tot caçar mamuts i evitar ser devorada per un tigre dents de sabre, deixa'm aclarir una cosa: la supervivència també té estil. I sí, sóc jo qui el defineix. Primer de tot, el cabell. Ho veus? Llarg, salvatge i amb aquelles decoracions d’ossos que vaig trobar al dinar d’ahir. Això no és desordre; això és autèntica "hair couture". Quan algú em pregunta quina és la meva rutina de cura, només li somric i dic: "Una mica de fang del riu i paciència infinita amb els nusos". Ah, i les tempestes de sorra? El millor exfoliant. El meu secret de bellesa principal? La confiança. Un dia, mentre estava asseguda a prop de la foguera (i fingia escoltar els consells del xaman sobre com invocar la pluja), vaig entendre que l’actitud ho és tot. Pots portar la pell de mamut més desgastada, però si la portes com si fos d’alta costura, triomfes. No us penseu que tot és glamur. Hi ha

Cómo ligar en Mercadona a las 6 de la tarde con una piña y una sonrisa


Sabes que tu vida ha tocado techo cuando te ves un miércoles, a las seis de la tarde, en Mercadona, con el carrito lleno de verduras orgánicas y piensas: "¿Es esta mi nueva vida social?". Pero entonces ocurre... justo en la sección de frutas tropicales, lo ves: un ejemplar maravilloso de piña, y de repente todo cobra sentido.

Porque, ¿qué mejor excusa para romper el hielo que una fruta exótica? Ya sabes lo que dicen: "Una piña dice más que mil palabras" (o eso creo que dijo algún sabio en algún momento, ¿no?). Entonces, entre el caos de señoras comprando aguacates y el tipo que no sabe si elegir tomates pera o de rama, aparece. Sí, esa persona con la que podrías compartir más que una charla superficial sobre la vida útil de los plátanos de Canarias.

Y aquí estoy yo, con mi piña en mano, practicando la mejor sonrisa posible. ¿Qué esperas? Este es el momento clave, y Mercadona se convierte en el epicentro del romance de barrio. ¿Quién necesita aplicaciones de citas cuando puedes encontrarte con el amor entre los pasillos de hortalizas a mitad de semana? Créeme, si puedes conquistar con una piña en la mano y sin parecer un loco, ¡lo has conseguido todo!

Así que ahí estoy, en plena sección de frutas, esperando que esa piña en mi carrito sea la chispa que encienda una conversación épica. En mi cabeza, ya estoy viendo cómo le explico a mis nietos que conocí a su abuelo entre mangos y maracuyás mientras todos compraban al grito de “¡oferta en la charcutería!”. Ahora solo queda la parte difícil: hablar. Porque, al final del día, todos sabemos que los supermercados no son solo para comprar... ¡son para ligar a las seis de la tarde con la piña más jugosa que puedas encontrar! 


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